Regresé a casa hace una semana. Cuando abrieron la puerta del avión hubo quien me sugirió ¿nos volvemos a Liverpool? Pero ya no había marcha atrás, tocaba cocerse en el propio jugo. Así que llevo una semana de reencuentros, en el despacho, en casa, en el barrio y en la playa. He pisado la playa!!!!!!!!
Por cierto, en el avión de regreso, del tirón, me leí La soledad de los números primos. Me encantó y el título es una sugerencia perfecta a la trama de la novela. Esa sledad acompañada de los que están juntos y nunca pueden tocarse porque algo se interpone entre ellos, como les pasa a los números primos gemelos. Magnífica. Es la vida misma. En mi caso algún pasaje de mi pasado se parece a trozos de la trama. Tal vez por eso me he sentido más cercano a ella.
El próximo literatura denuncia de los años sesenta y lo tonta que debía ser la censura.
Nuestra Señora de la Paz. 194..
Hace 5 años
1 comentario:
Pues a mi me desencajó el final, no me lo esperaba así, digamos que me estaba encantando la lectura y al llegar al final... plas.
Habrás parecido en la plata todo un Mr. Bean...
Me alegro de tu reencuentro caluroso.
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